Poco conocidos hechos sobre Luz y guía en la Biblia.
Su sufrimiento fue un acto de simpatía supremo que nos ofrece la oportunidad de ser perdonados y reconciliados con Dios.
La enseñanza de no temer al ser humano que puede matar el cuerpo es crucial para comprender la importancia de estar firmes en nuestra Seguridad y confiar en Dios incluso en momentos de sufrimiento y persecución.
La vida en este mundo es temporal y lo más importante es nuestra relación con Dios. Jesús nos recuerda que debemos tener miedo a aquel que tiene el poder sobre el alma y el cuerpo, en lugar de temer a los seres humanos.
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Los amigos tratan de convencerlo de que los males que lo aquejan son fin de alguna desidia, pero Job proclama constantemente su inocencia.
Antigua y ancestralmente, y metido como en el inconsciente colectivo de la humanidad, la enfermedad y el dolor estaban vinculadas a la transgresión, a la tropiezo y a la pena correspondiente a esa trasgresión.
Nos enseñó a perseverar en medio de las dificultades y a confiar en la voluntad del Padre aún en los momentos más oscuros. Su sufrimiento nos inspira a seguir adelante, recordando que podemos encontrar fortaleza en Dios incluso en los momentos de veterano desafío.
Cada zurriagazo que recibió en su cuerpo fue un declaración del simpatía incondicional que sentía hacia la humanidad. El sufrimiento de Cristo fue un acto voluntario y una muestra de aprecio sin límites.
3. Estar en gratitud y entrega: Al reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo, somos llamados a estar una vida de obligación y entrega a Dios. Oportuno a lo que Cristo hizo por nosotros, debemos replicar con simpatía y obediencia a su voluntad.
En persona, no podemos evitar participar del dolor casi sofocante a pesar de la condición deteriorada de la obra.
Mis huesos se quebrantan por la engaño de mis adversarios; mientras me preguntan sin cesar: «¿Dónde está tu Dios?»
La astucia y sencillez son necesarias en todos los aspectos de la vida, pero especialmente en el Tarea del evangelio. Jesús quiere que sus discípulos sean sabios en manejar situaciones difíciles y nutrir su Convicción intacta. La astucia no es opuesta a la sinceridad; sino complementaria.
Diez ángeles en el cielo retuercen sus manos, cubren sus rostros, retuercen sus cuerpos y abren sus bocas en silenciosa agonía. Los hombres se muestran asolados por la pena, sus rostros reflejan expresiones serias y here desoladas.
En medio del sufrimiento y la persecución, Jesús nos instruye sobre cómo ser obedientes y leales a Dios. Él nos recuerda que debemos temer al Señor que tiene el poder sobre nuestra alma y nuestro cuerpo, en emplazamiento de temer a los seres humanos que pueden matar solo nuestro cuerpo.